17/5/12

De Rapunzel a una niña normal

Una chica brasileña de 12 años logró hacerse del título de "Rapunzel de carne y hueso" gracias a que su cabellera, que mide 1,57 metros de largo y la asemeja al personaje de fantasía. 

Natasha Morais de Andrade
Natasha Moraes de Andrade es la versión real de la princesa que vivía en su castillo y dejaba trepar por sus largas trenzas rubias a su amado. Aunque es castaña, la niña de Río de Janeiro se asemeja al personaje, pero no por mucho tiempo más.



Andrade contó que piensa cortarse el pelo, por primera vez en toda su vida, para venderlo por alrededor de 1.550 dólares, según el sitio Daily Mail. Además del beneficio económico que puede obtener, la chica confesó que los cuidados que le demanda su cabellera son excesivos.

En solo una semana, Andrade gasta una botella de shampoo y cuatro horas para mantenerlo limpio, además de dos horas y media para peinarlo. Un detalle que le juega en contra es que su familia no puede usar ventiladores en la casa para paliar el verano carioca porque su cabello se enredaría en ellos.

Como si los costos monetarios y de tiempo no fueran suficiente, la chica es asediada por sus fans, que le pidieron a su madre, Catarina, que jamás la lleve al peluquero.

Y se lo cortó

Natasha Morais de Andrade

Lloró cuando le cortaron el pelo. Hasta entonces, estaba acostumbrada a dedicar cuatro horas y una botella de champú semanales lavándolo y hasta le era fácil pasar una hora y media al día cepillándoselo.

Se trata de Natasha Moraes de Andrade, una joven brasileña (12) a quien consideraban una “Rapunzel” moderna gracias a su melena de metro y medio.Sus padres nunca le habían cortado el pelo en su vida hasta que hace poco ella decidió venderlo y redecorar su cuarto con los 4,300 euros que ganó.
 
Cortarse el pelo no es una decisión cualquiera para Natasha: estaba prescindiendo de la característica que más le ha definido durante toda su vida (ella solo mide un par de centímetros más que su melena).

 
Vida complicada

Pero todo apunta a que el cambio será positivo. Hasta ahora tenía que recogerse el pelo con las manos para andar y, para sentarse, tenía que doblarlo varias veces y ponérselo sobre el regazo.

 
En casa, sus padres no podían poner un ventilador ni en lo más caluroso del verano carioca, porque su pelo se enganchaba con las astas. Vive cerca de la playa, pero no podía bañarse porque luego tardaba horas en quitarse la sal marina del pelo.

En la puerta de su casa siempre había niños gritando: “¡Rapunzel, Rapunzel, deja tu pelo caer!”.

“No puede practicar deportes por culpa del pelo. La profesora de gimnasia me dijo que tenía que cortarlo ya para que tenga la misma libertad que el resto de las niñas de su edad.

La gente la mira por la calle, y a veces nos paran para pedirnos que le dejemos tocarlo. Hasta ahora le he dejado tenerlo así de largo, pero ha llegado el momento de cortarlo”, según su madre, Moreas de Andrade.

Pero lo que realmente la empujó a la peluquería fue su dormitorio, un cuarto sin ventanas dentro de una casa vieja en uno de los barrios más pobres de Río de Janeiro.

“Quería vender mi pelo a fabricantes de extensiones y reformar mi cuarto”, dijo Natasha. “Me encanta el pelo largo pero es un jaleo estar cuidándolo y además, no puedo hacer gimnasia en el colegio”.

Cuando se sentó en la silla y vio cómo la melena empezaba a desaparecer, lloró. “Me daba miedo que no me dejaran bien y también tenía miedo de no reunir dinero suficiente. Pero me gusta el cambio”, dijo días después.

“Estoy aprendido a montar en bici y puedo ir a la playa tranquilamente, cosas que no podía hacer antes. Y puedo salir a la calle sin miedo a que me tiren del pelo, o me lo corte alguien por la espalda. Es una nueva vida”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario